El consejero delegado de Fairplay Schleppdampfschiffs-Reederei Richard Borchard GmbH, Walter Colletm, va camino de tener que llevar al Tribunal Supremo en Madrid su interés por operar en el Puerto de Las Palmas. Está repitiendo la misma cadena errores que cometió la cadena Lidl cuando abrió en las islas. La jugada le saldrá bien pero a un coste no asumible: diez años de pelea en una escalada judicial por creer que los ritmos de Las Palmas son los mismos que los de Hamburgo. Por no saber que hasta los grupos navieros catalanes operan en Las Palmas con marcas blancas y que Boluda maneja el puerto de Las Palmas como si fuese su hipódromo: ni la poderosa MSC puede con ellos, y eso que son proveedores de la naviera suizoitaliana.
Año 2002
La cadena de descuento duro Lidl tardó en arrancar en Canarias diez años por la oposición de las pequeñas empresas del comercio que estaban en la órbita de ATI en Tenerife y del PP en Las Palmas. La ley le asistía, pero el ruido no. En Alemania no se explicaban cómo un partido de corte conservador como el PP se opusiera a la entrada de una empresa de alimentación en el lugar de la Eurozona donde más cara está la cesta de la compra. Al mismo tiempo, la británica Tesco entraba en Canarias con nombre insular en el sur de Tenerife y Lanzarote sin llamar la atención. Lo mismo que le pasa a la empresa de remolcadores en Las Palmas: no permiten que entre y genere un descenso de precios en libre concurrencia en suelo comunitario. Una teoría que Richard Borchard comprende perfectamente de cuando estuvo en Argentina trabajando y, por ello, todos los informes en español desde Las Palmas se los conoce al dedillo.
Cosas de Adán
El aparato jurídico del entonces consejero regional de Comercio, el insularista Adán Martín, cedió encantado a las presiones de cadenas locales como Jesumán (Hipertrebol), que posteriormente afectó a Mercadona por la masa de votos que mueve el tejido del comercio tradicional. Jesumán creó para enfertarse a Lidl una cadena de supermercados para pobres de nombre Cerca, que acabó generando un colosal fraude financiero con los alquileres y compra de locales. En paralelo, unos inversores de Ingenio trajeron a Canarias la marca Dia, que también acabó cerrando por la crisis inmobiliaria de 2009. Cerca acabó en manos de Spar en Las Palmas. Para frenar a Lidl en Canarias Martín estableció hasta una norma específica en 2002 porque el ‘hard discount’ no estaba regulado. Así, la norma (no derogada en 2020) permite a las empresas de Tenerife crecer en Las Palmas pero no a de Las Palmas crecer en Tenerife. Fue el precio para poder entrar en las islas Canairas: domicilio fiscal en Tenerife y, de lo contrario, muro total a su apertura. El problema es que Tenerife es muy rural y ubicarse en esa isla a efectos logísticos es un disparate.
La teoría de Lidl era de ubicarse en Tenerife generó malestar en Las Palmas, donde el PP tenía su granero de votos. Fairplay Schleppdampfschiffs-Reederei Richard Borchard GmbH ha cometido el error de creer que la razón le asiste y que esto se soluciona en los juzgados. La llegada a Las Palmas es producto de la entrada de Boluda (con sede regional en Tenerife desde 2017) en el mercado del norte de Europa. Para Fairplay entrar en Las Palmas formará parte de su cadena genética auque tarde diez años.
¿Qué no ha hecho Fairplay?
Hacer lobby honesto y a la altura de lo que se reclama a una empresa alemana del Siglo XXI. Gastarse el dinero de forma transparente y con nombre y apellidos. En primera instancia empleó los recursos empresariales de Grupo Flick, pero eso acabó porque Fairplay decidió establecerse por su cuenta y no atender a las indicaciones de la histórica empresa consignataria alemana afincada en las islas desde los años treinta. Sin padrinos, está condenada a la mutilación del negocio.
Otra cosa que ha hecho Fairplay es asociarse a una patronal odiada en el puerto de Las Palmas por todos los sectores y no haber dedicado fondos a gestionar su diplomacia pública al mismo nivel que cualquier país de la OCDE. Se ha puesto a pastorear creando problemas a su protector inicial, el presidente de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, Luis Ibarra, también quemado en este asunto. Ibarra se encuentra presionado por la dirección de Boluda en Madrid y no hay que olvidar que Felipe González es integrante del consejo de Boluda Towage aunque la pandemia y la crisis catalana lo tiene alejado del PSOE de Pedro Sánchez. Pero es Felipe González.
¿Qué hizo Lidl en 2003?
Se puso a recorrer medios de prensa ofreciendo publicidad a cambio de poder contar con líneas editoriales favorables. No tuvo resultado alguno porque el peso de la publicidad institucional de Adán Martín era más fuerte. Los medios reaccionaron indicando que Lidl quería intervenir en sus líneas editoriales. Un fracaso: cambiar su representación alemana dos veces, pedirle al partido que mandaba en Tenerife que le recomendara personal de márketing y tardar diez años en operar en las islas con todas las aperturas recurridas en el juzgado hasta llegar al Tribunal Supremo. ¿Pudo haber ahorrado ese tiempo? Sí. Pero la soberbia de pensar en el mercado único europeo generó diez años de retraso.
Mismo error
Esa es la apuesta de Fairplay Schleppdampfschiffs-Reederei Richard Borchard GmbH: que otros la defiendan como si a los canarios les importase su negocio de remolcar barcos, entrar en una patronal por la pùerta de atrás en lugar de hacerlo en la CEOE directamente y que otros den la cara por sus intereses con la promesa de que algún día quienes apoyaron su llegada se verán beneficiados. Pero, para entonces, las promesas serán vacías porque ya habrá otro equipo directivo en Canarias.
A noviembre de 2020, Fairplay Schleppdampfschiffs-Reederei Richard Borchard GmbH sigue en: su escalada judicial generando mala reputación en Puertos del Estado, quemando funcionarios en Puertos de Las Palmas forzando y estirar el chicle hasta 2026, es decir, cuando salga en el Tribunal Supremo una sentencia que le de la razón y que la Autoridad Portuaria ejecutará cuando lo estime conveniente. Para entonces ha quemado las navas de Tolosa en gastos de implantación absurdos. Y todo por no haber arrancado con honestidad y transparencia.