La minera de oro canadiense Kinross Gold, ubicada en Las Palmas de Gran Canaria a efectos fiscales, está considerando trasladar su cotización principal de acciones a Londres y vender sus minas de oro de América del Norte y del Sur, informó Reuters citado a The Globe and Mail, que afirma tener acceso a fuentes «familiarizadas con las discusiones». La minera también está considerando duplicar su cartera de activos en Rusia y África occidental. Es decir: vender minas en América y darle mayor carga al negocio africano. En Las Palmas capital el nivel de la minera ha bajado de forma importante aunque mantiene la opacidad de sus operaciones. En el puerto de Las Palmas tiene una licencia de suelo sin usar, plenamente. En los últimos años la empresa registra pérdidas en Canarias.
Kinross Gold cree que vender sus minas y redomicilizar su negocio ruso y africano a Londres haría que las partes restantes de la empresa fueran más valiosas que si los activos se mantuvieran dentro de una unidad de negocio, agregó el informe, citando fuentes. Los empleados de Kinross Gold no estuvieron disponibles de inmediato para comentar sobre el informe, señala Reuters.
Del aburrimiento de La Minilla al silencio sistémico
A finales de la pasada década, cuando emergía la crisis del ladrillo, la empresa se estableció en Canarias por los incentivos fiscales y después pidió suelo en el Puertos de Las Palmas para equipamiento. El caso es que desde entonces ha operado de forma opaca y eso que cuando Juan José Cardona era alcalde de Las Palmas de G.C. le entregó a la empresa, cosa que no se ha hecho con otras sociedades, la Llave de la Ciudad en el Teatro Pérez Galdós a un directivo que fue reemplazado por errores cometidos en su periodo de establecimiento en Mauritania. Algunos líderes empresariales colocaron a empleados viviendas en la zona de La Minilla generando un tremendo aburrimiento en las famiias, a las que les vendieron el hecho de estar en Canarias como algo experiencial positivo. Bonitas vistas al Auditorio de Las Palmas y al helipuerto del cercano hospital Doctor Negrín. Muchas familias de aquel grupo de 80 han optado por regresar a Canadá o establecerse en otras zonas como Telde.
Y es que en 2018 la minera admitió que incumplió la llamada The Foreign Corrupt Practices Act of 1977, es decir, Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero de 1977 de Estados Unidos. Un comunicado de la SEC (lo que equivale a la CNMV en España) de Kinross Gold afirmaba: «Kinross Gold ha adjudicado un lucrativo contrato de logística a una empresa preferida por los funcionarios del gobierno de Mauritania, a pesar de las preocupaciones de que la empresa era un proveedor de alto costo con poca capacidad técnica, en contravención de los procedimientos de licitación y licitación de Kinross Gold».
«Kinross Gold también contrató a un consultor con conexiones políticas para facilitar los contactos con funcionarios del gobierno mauritano de alto nivel sin llevar a cabo la debida diligencia requerida. Además, la empresa pagó a los proveedores y consultores sin asegurarse de que los pagos fueran consistentes con las políticas que prohíben los pagos indebidos», indicaba la nota oficial de la SEC.
Agregaba el comunicado: «Kinross Gold violó los libros y registros y las disposiciones de controles contables internos de las leyes federales de valores. Sin admitir ni negar los hallazgos, Kinross acordó una orden de cese y desistimiento, una multa de 950.000 dólares y se compromete a informar sobre sus medidas correctivas durante un período de un año». La investigación de la SEC fue realizada por Steven A. Susswein y Maria Boodoo de la Unidad FCPA con la ayuda de Gregory Bockin.